mayo 09, 2011

Introspección

Es cierto, últimamente hemos pasado demasiado tiempo juntos, hablando de todo y nada a la vez, de lo que sentimos, otras de lo que queremos y tantas más simplemente de lo que hacemos día a día; ahora que lo pienso me pregunto si ¿estas 3 no deberían ser parte de un mismo tópico?.

Y yo que puedo decirte, si ya citando el lado humano sería redundante abundar sobre tan complicada conducción.

Después de estas largas horas puedo asegurar que te conozco un poco más, aunque sé que nunca lo haré del todo, así eres tú, así soy yo, volátiles y cambiantes, decisivos y al mismo tiempo vacilantes.

Haciendo memoria esa fue exactamente una de las palabras que usaste para definirte "decisivo"y no puedo evitar que recurra a mi mente la imagen de esa tarde en que juraste habías terminado y cerrado aquel ciclo pero, ahí postrado frente al teléfono dudaste! excusando tu antigua decisión y retomando aquel "destino impuesto", no hice otra cosa que mirarte sin exclamar el "Te lo dije" que tus ojos pedían a gritos.

A veces llegas y parecerías un libro abierto del que cualquiera podría hacer uso, ¿bueno o malo? ni tú ni yo tenemos esa certeza. Luego pareces ausente te miro e intento adivinar que estas pensando pero me descubro frente a una impenetrable muralla invisible a los sentidos.

Hay días en los que te escondes tras aparadores repletos de mercancías que en confesión, ahora sé te sirven de aliciente y hasta te ayudan a soñar. Es curioso porque yo en mi abandono me escudo tras largas líneas escritas por otros, a veces muchos, ni yo se de quién.

Debo aceptar que me da miedo esa forma tan tuya de entregarte sin recato a los demás, pues sé que en algún momento podrías sentirte defraudado o lastimado pero a pesar de mis más hondos esfuerzos sé que indudablemente pasará.

Me pregunto: ¿Por qué nos es tan difícil expresar lo que realmente queremos? aún cuando entre nosotros ya existe un vínculo que va mas allá de lo inteligible.
Veo lágrimas en tus ojos y soy testigo de esos malestares estomacales que caracterizan tu forma de somatizar lo que no dices, aquello que guardas como si fuese algo valioso y por dentro va haciendo estragos, aún así espero pacientemente a que un día de estos te decidas a dejarme escucharlo y finjo una demencia absoluta cuando crees que por primera vez me dejas saber lo que pasa.

Así nos hemos entendido hasta ahora y así mismo hemos funcionado. Hoy así seguimos y puedo afirmar que te conozco un tanto más, al menos hasta el momento en que vuelvas a cambiar, lo que seguramente ya está pasando.